martes, 13 de septiembre de 2011

El tren solo pasa una vez!!

Estaba en la estación, esperando mi tren. Y por mis ojos pude ver el tren mas maravilloso, un tren a la cual había visto tantas veces, pero aquel día me pareció maravilloso.
Con miedo entre en su interior, y si por fuera me parecía bonito, mas bonito aun era por dentro, tenia una belleza interior maravillosa. Ocupe el mejor de los sitios, reservado para mi. No tenia horario de salida, es mas estuve días, y nunca partió, siempre estuvimos en la estación. Pero allí dentro, pude observar lugares maravillosos, vivir momentos increíbles, los mas bonitos de mi vida.. en el mismo lugar, sin salir de allí, fui feliz, tan feliz, que me daba miedo.
Pasaba el tiempo y el tren no partía, y yo cada vez tenia mas miedo, y ese miedo fue el que me izo bajarme.
Me senté en el mismo banco de siempre de aquella oscura estación, y le seguí observando, el tren seguía allí, no partía, y dude una vez mas en volverme a montar. Pero no lo ice.
Al tiempo vi como otra persona se montaba y el tren partía. Y yo me quedaba en la estación, en aquel odioso banco, el de siempre, mirando como se iba, recordando los momentos en su interior, y de pronto una lagrima caía por mi mejilla. Pensé que aquel tren no era para mi.
Pasaban las horas, los días, los meses, incluso el año. Y yo seguía recordando aquellos maravillosos momentos. Pasaban mas trenes, y los dejaba ir, ninguno me parecía bien para mi.
Recuerdo aquel día en que dije basta, no va a volver, son solo recuerdos, y hay que olvidarlos.
Entonces apareció otro tren y sin pensarlo dos veces me monte, volví a ocupar el mejor lugar de su interior, claro que no era tan cómodo como el del otro... ni tan bonito por dentro. Pero me conforme y decidí partir junto a el. Viaje a lugares, recorrí mundo, viví momentos, pero no me sentía comoda, no era aquello lo que yo quería, no era donde realmente yo quería estar. Cada vez me acordaba mas de aquel otro tren, el que vi marchar. Recordaba los momentos, y aunque fueron dentro de aquella estación, eran insuperables.
Volví a tener miedo, y le pedí a mi tren, que me llevara a aquella estación oscura, donde me recogió, que me abriera las puertas y me hachase de su interior, y así lo izo.
Baje y me volví a sentar en el mismo banco de siempre, viendo como otra persona montaba en el tren que yo había recorrido durante meses en su interior, pero esta vez no me entraba la melancolía, me alegraba, aquel no era mi lugar, yo no le pertenecía ni el me pertenecía a mi.
Sentada allí recordaba momentos del pasado, esperaba que mi tren el mas maravilloso volviera, pero nunca llegaba. Alguien se sentó a mi lado, y me pregunto:
- ¿Que haces aquí? ¿Esperas algo?
- Si, un tren que se marcho sin mi, le deje escapar...
- Lo siento, el tren solo pasa una vez.




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